Una de las recetas más populares de la cocina peruana es el arroz chaufa de mariscos. Aunque parezca sorprendente este plato, que podría bien ser de restaurante chino, es un muy tradicional en el Perú y es considerado como parte de la gastronomía peruana.
Es una delicia y te voy a enseñar cómo hacerlo a continuación.
Para esta receta vas a necesitar arroz blanco previamente cocido que puedes hacer según nuestra receta.
Cómo hacer arroz chaufa de mariscos
Ingredientes
- 2 tazas de arroz blanco cocido
- 150 gr de langostinos pelados
- 150 gr de calamares limpios y cortados en ruedas
- 8 almejas
- 1/2 taza de cebollino cebollín chino o cebolla verde
- 2 huevos
- Salsa de soja sillao al gusto
- ½ taza de brotes de frijol
Elaboración paso a paso
- Cocina los huevos en forma de omelette en un sartén. Cuando estén listos los cortas en tiras y reserva.
- Calienta un wok a fuego alto con aceite vegetal. Agrega los calamares y las almejas.
- Cocina revolviendo constantemente por 2 o 3 minutos.
- Agrega los brotes de frijol y los langostinos. Sigue salteando, a fuego alto sin parar.
- Ahora vas a poner el huevo que hiciste previamente.
- Luego echa las dos tazas de arroz blanco.
- Mezcla bien todo y comienza a agregar la salsa de soja al gusto. La idea es que el plato quede de un color marrón ligero.
- Luego de transcurridos unos 4 minutos aproximadamente, tu arroz chaufa de mariscos ya estará listo.
- Ahora simplemente echa la cebolla verde, mezcla bien una vez más y retira del fuego.
- Listo. Así de fácil es hacer un arroz chaufa de mariscos.
Con qué acompañar el arroz chaufa de mariscos peruano
Este plato es una comida completa, puedes comerlo sólo y ya quedarás satisfecho y feliz, pero, sabemos que quieres más, mucho más. Pues bien, puedes prepara de primer plato un delicioso chupe de camarones.
Luego puedes tener algún pollo o cerdo agridulce y, junto a este arroz chaufa, tener un poderoso segundo plato.
Finalmente de postres alguna torta de queso o una natilla para un toque dulce y feliz.
Si te gusta el picante puedes tener a mano una salsa de ají amarillo o una salsa de rocoto para ir echándole a tu comida.
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