Las preparaciones al ajillo están entre las recetas más gustosas que existen, y este pollo al ajillo no es la excepción.
Así que, si están buscando una receta de pollo de toda la vida, con mucho sabor, pero a la vez con una textura suave e ideal para una comida familiar, este tradicional pollo al ajillo es lo que necesitan.
Los ingredientes necesarios son muy básicos: pollo, ajo, un poco de vino blanco, harina y algunos condimentos.
El secreto para que el pollo no se reseque al freírlo, es cubrirlo con una capa de harina, para que se selle por fuera en una primera cocción, pero conserve sus jugos y su suavidad por dentro.
Receta de pollo al ajillo casero
Ingredientes
- 1 hoja de laurel.
- 12 dientes de ajo.
- 1 taza de vino blanco seco.
- 1 kg de pollo despiezado.
- ¼ de taza de harina de trigo.
- 1 rama de perejil fresco o tomillo.
- 1 limón.
- Aceite de oliva u otro aceite vegetal.
- Pimienta negra molida al gusto
- Sal al gusto
Elaboración paso a paso
- Vamos a comenzar por lavar la rama de perejil, quitarle las hojas y picarlas muy finamente. De momento, reservaremos este ingrediente.
- Luego vamos a separar los dientes de ajo en dos grupos iguales. Retiraremos la piel de la mitad de ellos y los picaremos muy finamente. En el caso de la otra mitad, los dejaremos con piel.
- Respecto al pollo, nos aseguraremos de las piezas estén limpias y listas para cocinarse. Podemos quitarle la piel, según el gusto del cocinero.
- Luego mezclaremos una pizca de sal y otra de pimienta con la harina, y esparciremos este polvo en un plato plano. Rodaremos cada pieza de pollo sobre él, para que quede un poco crujiente al cocinarse.
- Enseguida calentaremos un sartén con un buen chorro de aceite. Allí freiremos la mitad de los dientes de ajo, esos que hemos dejado con piel. Esto hará que el aceite se impregne de su sabor.
- Cuando el ajo comience a tomar un color dorado, sacaremos los dientes y los remplazaremos en el sartén con las piezas de pollo. Subiremos la intensidad del fuego, porque la carne necesita más calor para cocinarse. Iremos rotando cada pieza para que se cocine por toda su superficie.
- Una vez dorado el pollo, lo retiramos del sartén. También quitaremos el aceite usado.
- Picaremos el limón por la mitad, y exprimiremos una de las mitades, aprovechando para rociar las piezas de pollo ya cocidas.
- Luego, renovaremos el aceite del sartén y pondremos a freír la otra mitad de los ajos, que habíamos picado finamente en trocitos menudos. Lo dejaremos dorar un poco a fuego medio, e incorporaremos el laurel y el perejil picado, o tomillo. Mezclaremos todo ligeramente, antes de regresar las piezas de pollo a la cocción.
- Enseguida agregaremos el vino, y dejaremos que el pollo se cocine unos diez minutos más (incluso un poco menos, si ves que las piezas ya tienen aspecto muy cocido).
- Eso es todo. Una vez terminado el tiempo de cocción, tenemos listo nuestro pollo al ajillo.
Consejos para un pollo al ajillo perfecto
- El vino blanco seco no es la única opción para preparar este plato. También puede utilizarse vino de jerez, y aunque el sabor cambiará un poco, el resultado será igualmente delicioso. Todo depende del gusto del cocinero.
- La cantidad de dientes de ajo para esta receta puede disminuirse, según el gusto del cocinero y los comensales. En este caso, la receta ha sido propuesta con un máximo de ajo.
- Puedes conservar el aceite de la primera cocción en un frasco, para reutilizarlo en otra receta. Como se trata de aceite impregnado de ajo, le dará muchísimo gusto a lo que prepares.
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