Al lado del escudo que lleva la bandera española debería aparecer también un suculento plato de patatas bravas, sin que deje boquiabierto a nadie. Las llamadas “bravas” comprenden una de las raciones de tapas más emblemáticas de la españolidad y por lo tanto deberían ser materia de estudio concienzudo en los currículos de España. Pero como no lo es, con toda la seriedad que requiere el caso te enseñaremos ahora mismo cómo hacer patatas bravas.
Su fisionomía: patatas fritas troceadas en tamaño medio como para que cada bocado se ajuste perfectamente al paladar del comensal, muy a la española, porque de manera soberana se resisten a copiar los ultra expandidos bastones de patatas fritas.
Su alma: un generoso baño de salsa brava, mágica, jugosa de tonalidades rojo-naranja que podríamos comparar con la sangre ibérica misma y que, de no ser por ella, las raciones de patatas españolas no pasarían de ser unas patatas más servidas es cualquier parte del mundo.
Receta patatas bravas
Ingredientes:
- 6 patatas medianas.
- Abundante aceite de oliva virgen.
- 1L de agua.
- Sal al gusto.
- Salsa brava (obvio, jejeje)
Preparación:
Coge las patatas previamente lavadas y pélalas por completo, luego trocéalas en cuadros que midan de tres a cuatro centímetros cada uno. No te esmeres en la geometría de cada patata, no se trata de cubos perfectamente cortados sino más bien de cuadros sin mucha uniformidad que digamos. Vamos, que no son patatas bien portadas, son patatas bravas, rabiosas 😛
A continuación, viértetelas en una cacerola que contenga el litro de agua y déjalas hervir durante cinco minutos. Lo que se busca es extraer el almidón de las patatas y de paso ablandarlas solo un poco, dejándolas al dente, pero nunca cocinarlas por completo, pues se terminarán de cocer cuando las lleves a freír.
Pasados los cinco minutos retíralas del agua caliente y mójalas uno segundos bajo agua fría del grifo, así detendrás la cocción. Escúrrelas y déjalas enfriar lo suficiente como para que no actives una bomba atómica cuando las lances sobre el aceite caliente. Todos sabemos lo que sucede cuando por error dejamos caer agua sobre aceite a alta temperatura, ¿verdad? Ok.
Calienta el aceite de oliva en una sartén, que sea tanto aceite como para que las patatas queden bien empapadas y reciban calor por todos sus lados. Sumérgelas en el aceite a fuego medio durante cinco minutos para que se terminen de cocer y ablandar, y luego déjalas dos minutos más a fuego bajo para que se doren solo un poco. Agítalas una a otras para que se rehoguen bien en el aceite. Paréntesis: si tienes freidora, oh là là, eres Dios y lo tienes más que fácil, casi automático.
Luego de transcurridos los minutos indicados, ¿tus patatas comienzan a dorarse un poco? Bien. Sácalas, escúrrelas y colócalas sobre papel absorbente de cocina para que pierdan el exceso de aceite. No olvides ponerles sal mientras se conservan calientes, siempre después de freídas, nunca antes, pues la sal desencadenaría un proceso químico que haría interferencia en el desprendimiento de almidón de las patatas crudas 😉
Ahora… ¡tararááán! La mejor parte de todas: bañarlas sensualmente de picantosa salsa que ya tendrás lista luego de haber seguido paso a paso nuestra receta de cómo hacer salsa brava. Riégalas, sí, pero además sirve al lado un dip que será el vicio de quienes compartan contigo estas patatas de éxito garantizado.
Ideas divertidas para tus patatas bravas
Una manera de darle un efecto rústico a este plato, es saltarte el paso de pelar las patatas y freírlas con todo y su cáscara. Quedan robustas y acompañan muy bien platillos cocinados al horno. Otra idea es rociarlas con una ligera lluvia de orégano o con una ligera lluvia de perejil fresco, antes y después de esparcir sobre ellas la salsa brava.
También hay quienes le ponen a las patatas bravas un poco de salsa alioli o un poco de salsa de cabrales, y claro, hay quienes le ponen de las tres, consiguiendo así una mezcla de sabores que hacen delirar las papilas gustativas.
Hablando de tapas con patatas y de lo infinita que es la comida ibérica en general, ¿has preparado tus propios huevos rotos? Y, dinos, ¿cuánto has comido de este listado esencial de 100 platos de comida española que deberías probar antes de morir?.
Cómo hacer patatas bravas caseras
Ingredientes
- 6 patatas medianas.
- Abundante aceite de oliva virgen.
- 1 litro de agua.
- Sal al gusto.
- Salsa brava para patatas
Elaboración paso a paso
- Pela las patatas y trocéalas en cubos grandes.
- Viértetelas en una olla con agua y déjalas hervir durante cinco minutos.
- Pasados los cinco minutos retíralas del agua caliente y mójalas uno segundos bajo agua fría del grifo.
- Escúrrelas y déjalas enfriar un poco.
- Calienta aceite de oliva en una sartén, y sumerge las patatas a fuego medio durante cinco minutos para que se terminen de cocer
- Baja un poco el fuego y deja cocinar otro par de minutos más para que se doren a tu gusto.
- Saca y escurre las patatas. Ponlas sobre papel absorbente de cocina para que pierdan el exceso de aceite.
- Ponles sal al gusto.
- Pásalas a un plato, o bandeja y báñalas con una cantidad generosa de salsa brava.
- ¡Listo!
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