Creo que la mayoría hemos probado las sopas chinas instantáneas. Son muy ricas, quitan el hambre, ayudan a aliviar las consecuencias de una borrachera y se hacen demasiado fácil y rápido.
De más está decir que dichas sopas no son precisamente saludables. Tienen grandes cantidades de sodio y saborizantes de los cuales no tenemos conocimiento de su composición química.
Pero, repito, son ricas, y puede resultar difícil no caer en la tentación de comerse una. Quizás, si te tomas una que otra, de vez en cuando… no pasa nada ¿verdad?
Hay algunos casos en internet de personas que consumen sopas chinas instantáneas como única comida todos los días y su salud está por el suelo, por ejemplo la chica inglesa de 18 años Geordi Readman, quien desde los 8 años precisamente lo único que come son estas sopas debido a que tiene un desorden alimenticio selectivo, que en su caso básicamente significa que cualquier otro alimento que no sea “chicken noodles soup” le da pánico y no puede ni tragarlo.
Pesa sólo 45 kilos y los médicos obviamente están preocupados.
Bueno, esto es un caso extremo, muy posiblemente una persona que viva de sólo comer zanahorias y brócoli también tendría severos problemas de salud.
Origen de estas sopas chinas instantáneas
Su nombre original es «Ramen», vienen de la china, pero se popularizaron en Japón luego de la 2da Guerra Mundial. Eran básicamente sopas de fideos hechas con huesos de pollo o cerdo acompañadas de diversos vegetales.
La primera versión de sopa instantánea se lanzó al mercado japonés en el año 1958.
Durante muchos años fue un plato común, hasta que en la década de los 90s se desató una pasión desenfrenada por ellas.
Se han hecho programas de tv y hasta películas dedicadas a lo que para muchos es un movimiento cultural.
Preparando una sopa china
Lo ideal sería que tuvieras tiempo (y disposición) de hace una en su versión casera: a partir de huesos de cerdo y/o de pollo. Sacas un buen caldo, lo aderezas con salsa de soja, un toque de jengibre y cebollino, hierves fideos chinos aparte, sirves todo junto y le agregas vegetales al gusto. Aunque esta explicación es muy genérica, es el principio básico para prepararla.
Como lo más seguro es que no tengas tiempo, seguramente recurrirás a las sopas instantáneas.
- En Estados Unidos puedes comprar las sopas ramen en Amazon.Com (link).
- En España también puedes pedirlas por Amazon.es y las consigues prácticamente en cualquier tienda de alimentación ó en alguno de los tantos mercados de productos asiáticos que hay repartidos en las ciudades más importantes. Y bueno, en supermercados como Dia o Mercadona consigues las versiones españolas.
De hecho, es común conseguir sopas chinas hechas en occidente por marcas reconocidas en el mundo de los alimentos deshidratados/concentrados. No están para nada mal, pero las auténticas asiáticas son más divertidas 😛
Existen decenas de sabores distintos. Las hay de fideos de trigo, de trigo con huevo y de fideos de arroz. Las hay de sobre, y las que posiblemente conozcas más: de vasito de anime.
El método de preparación para todas sus variedades es muy similar, y demasiado fácil: hierves la cantidad de agua que te indica el empaque, echas los fideos, esperas 3 minutos, incorporas el sobre que le da sabor, revuelves, y comes.
¿Cómo no querer «cocinar» de almuerzo algo tan fácil?
Si decides comerte una puedes agregarle ingredientes extra, para darle más gusto, y para que sea más saludable.
Ejemplos:
El más sencillo: haces la sopa tal cual las indicaciones y al servirla le agregas jengibre rallado, unas hojas de cilantro fresco y cebollín picado muy pequeño. El sabor cambia totalmente.
Otra idea: mientras hierve el agua, saltea en una sartén un pedacito de cebolla picada, 1 diente de ajo, algo de jengibre, 1 chile picante y cualquier otro vegetal que se te antoje. Le pones un toque de salsa de soya light y agregas toda esta preparación a la sopa ya lista al momento de servir.
Otra idea: si la sopa es de pollo, ponle trocitos de pechuga cruda al agua (o carne, o camarones dependiendo), deja que se cocinen y agregas los fideos. Al final, puedes ponerle también un huevo crudo entero y dejar que se sancoche. Cuando sirvas, le echas cilantro fresco.
Más ideas: sustituye la mitad del agua por caldo. Si la sopa es de pollo, pues caldo de pollo, si es de camarones, pues… ya sabes.
Puedes ponerle maní picado, curry en polvo, aceite de sésamo, hierba buena… usa tu imaginación. Pero recuerda, sin excesos. Yo me hago una o dos al mes como mucho.
Lo bueno de las sopas chinas instantáneas
- La mayoría se hacen en 3 minutos.
- No nos engañemos, saben rico.
- Es muy fácil mejorarles el sabor, tal como expliqué más arriba en este post.
- Ayudan con la resaca y demás efectos de una noche de alcohol.
Lo malo
- Tienen mucho sodio.
- Si tu dieta incluye de estas sopas de manera constante, ten la seguridad de que no vas a estar muy saludable.
- Hay algunas de pésima calidad, que sólo saben a agua con sal o son tan picantes que es imposible disfrutarlas.
- Muchas calorías provenientes de carbohidratos y grasas.
- Muchas veces se quedan meses almacenadas y cuando las distribuyen a los supermercados y tiendas asiáticas, ya están casi (si no del todo) pasadas de fecha de vencimiento. Eso me ha sucedido.
- Algunos comerciantes asiáticos venden sopas de estas a precio más bajo porque saben que ya están vencidas, es decir, no les importa. Hay que revisar la fecha, siempre.
Conclusión: Puede que no te pase nada si te preparas alguna vez una de estas sopas chinas instantáneas. Sólo no lo lleves al extremo, como todo.
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Tara HSM dice
Creo muy divertido tu articulo.Muy buen consejo, ahora, la realidad es que todo hace danno en estos dias, asi que mi lema: come de todo, solo no te excedas! Verdad que son bien sabrosas las sopillas!?