El cochinillo al horno es un plato tan perfecto que casi no necesita nada más para acompañarse.
Solamente con un cochinillo de calidad, un buen horno, y muy pocos ingredientes adicionales, obtendremos un plato jugoso, tan suave que cada bocado se nos deshará en la boca.
Cómo hacer cochinillo al horno paso a paso
Cocina en casa esta receta tradicional segoviana, con la que obtendrás un delicioso cochinillo al horno.
Raciones 8
Calorías 350kcal
Ingredientes
- 1 lechón o cochinillo entero de máximo 5 kilos.
- 4 dientes de ajo
- Una rama de perejil fresco
- 2 cucharadas soperas de manteca de cerdo
- 2 hojas de laurel
- Sal gorda al gusto
- Pimienta en granos al gusto
- Agua
- 150 mililitros de vino opcional
- Varias ramas de romero opcionales
Elaboración paso a paso
- Para empezar esta receta, el cochinillo debe estar entero, pero bien limpio. Pide a tu proveedor o carnicero que te lo entregue totalmente limpio, para que te ahorres todo este trabajo en casa. Esto incluye que retiren las asaduras o entrañas del animal, y que lo corten a lo largo, pero únicamente por debajo.
- Partiendo de este punto, vamos a pinchar la carne del cochinillo con la punta de un tenedor. Haremos esto de forma generalizada, por aquí y por allá, sobre toda su superficie. El objetivo es permitir que el calor se escape durante la cocción. De otra manera, se quedaría atrapado y crearía burbujas en la piel del cerdo.
- Opcionalmente, también puedes hacer algunos cortes superficiales en la piel, utilizando la punta de un cuchillo afilado.
- Luego, dejaremos un momento la carne de lado, para ocuparnos de hacer un condimento. Pero antes, pondremos a precalentar el horno a 180 grados centígrados.
- Si realmente quieres hacer el cochinillo de la forma más tradicional, vas a necesitar un mortero. Allí, vamos a colocar los dientes de ajo, después de pelarlos y cortarles las puntas.
- También agregaremos un toque de sal gorda al gusto y 4 o 5 gramos de pimienta (fresca, de preferencia, lo que le dará más sabor al condimento).
- Por último, lavaremos bien el perejil, lo escurriremos y le despegaremos las hojas para también ponerlas en el mortero.
- Luego, trituraremos toda la mezcla hasta obtener una pasta más o menos homogénea.
- Enseguida, colocaremos la manteca en el mortero, y volveremos a mezclar todo.
- Con este condimento vamos a untar una fuente apta para horno, además de toda la superficie del cochinillo.
- Luego, será el momento de colocar el cochinillo en la fuente. Tradicionalmente, nunca se coloca el animal directamente sobre el fondo del recipiente, así que tenemos varias opciones para manejar esto: la primera es conseguir varias ramas de romero y tapizar con ellas el fondo de la fuente, para después colocar el lechón encima. Además, esto le aportará un delicioso perfume a la carne. Otra opción, más rudimentaria, es humedecer dos cucharas de palo y colocarlas al fondo de la fuente, de manera que el peso del cochinillo quede distribuido sobre ellas.
- Por último, la opción más moderna, es simplemente remplazar la fuente por una rejilla de horno. Sin embargo, es conveniente colocar una bandeja de horno más abajo, para recuperar los jugos que pueda liberar el cochinillo mientras se hornea.
- Para que el cochinillo no se reseque mientras se cocina, yo acostumbro acompañar el horneado con un poco de líquido, qué hay que colocar en el fondo de la fuente de horneado o en l bandeja debajo de la rejilla. Yo mezclo 150 mililitros de vino tinto (también puede utilizarse blanco ) con 200 mililitros de agua. Hay cocineros que prefieren utilizar únicamente agua. Finalmente, el objetivo es mantener el lechón hidratado, pero el vino también le aportará un toque de sabor.
- Finalmente, vamos a colocar las hojas de laurel en la mezcla de agua y vino.
- Luego llevaremos el cochinillo al horno, y una vez que esté adentro, bajaremos la temperatura a 150 grados. Hay que asegurarnos de poner la fuente justo al centro de horno, y de que esté emita calor por arriba y por abajo.
- Dejaremos que el cochinillo se cocine durante hora y media. Regresaremos con frecuencia al horno, para revisar que no se acabe el líquido con el que se estará hidratando la carne. Esta atmósfera de vapor debe mantenerse continuamente en el horno, y es una de las claves para el éxito de nuestra receta. En resumen, si el agua se está acabando, hay que añadir más. Cuando la agregues, deja que primero se deslice sobre la piel del cochinillo, para mantenerlo bien hidratado.
- Cuando se termine el tiempo indicado, sacaremos el cochinillo del horno para darle la vuelta. Lo más fácil es voltearlo con la ayuda de un trapo limpio. Ten cuidado de no quemarte al hacer esto.
- Opcionalmente, puedes untar el cochinillo con un poco más de manteca, antes de regresarlo al horno.
- Subiremos la temperatura del horno a 180 grados y dejaremos que el cochinillo se hornee durante una hora y cuarto. Al igual que antes, revisaremos con frecuencia que el lechón no se quede sin líquido, y si vamos a agregarle un poco más, bañaremos con el la carne antes de que caiga al fondo del plato.
- Cuando se acabe este tiempo, daremos al cochinillo un golpe de calor. Esto es lo que hará que la piel quede crujiente y tostada. Simplemente, vamos a aumentar la temperatura a 200 grados, y dejaremos que el cochinillo se cocine durante unos últimos 15 minutos. Para esta etapa de la receta, lo ideal es dejar hacia arriba la parte que queremos que quede tostada. Entonces, tendremos que volver a voltear el lechón.
- ¡Listo!. Cuando se termine este tiempo de cocción, el cochinillo estará listo para comer. ¡Buen provecho!
Consejos para preparar la receta de cochinillo asado al horno
- Nosotros hemos preparado este cochinillo asado con un condimento personalizado para darle más sabor. Sin embargo, la realidad es que un cochinillo segoviano de buena calidad no necesita nada más que sal y manteca. Suena insólito, pero es cierto : puedes simplemente salar y engrasar la superficie del lechón, enviarlo al horno y esperar que la magia suceda.
- No abras el horno cada vez que vengas a revisar si aún queda líquido para hidratar el cochinillo. Trata de observar este punto desde la ventanilla. El problema es que si cada vez que vienes abres el horno, se escapará el agua que ya se haya convertido en vapor y te quedarás sin líquido más rápido. Además, se te escapará el calor y puede que tu horneado necesite más tiempo.